Cálculos biliares – Tratamiento
Los cálculos biliares sintomáticos requieren de tratamiento. Los cálculos biliares pueden producirse a través de diferentes mecanismos, siendo el más habitual a través de depósitos de colesterol. Su formación, se ha relacionado íntimamente con dietas hipercalóricas y su incidencia aumenta con la edad. El embarazo y la obesidad, son 2 factores de riesgo directamente relacionados, debido a la producción de estrógenos. Así mismo, pérdidas muy importantes de peso, como las que se producen después de la cirugía bariátrica, pueden favorecer su desarrollo.
Por otra parte, existe un componente genético que predispone a la formación de cálculos biliares. Suelen ser alteraciones genéticas que participan en la regulación del metabolismo hepático del colesterol.
Los cálculos biliares, también llamados colelitiasis, afectan alrededor del 10-15% de la población en los países desarrollados. De estos, hasta un 30% presentaran síntomas, en alguna de sus diferentes formas. Lo más habitual, es que afecte a mujeres a partir de los 30-40 años y se asocia además con la obesidad y el tipo de dieta.

Ilustración cálculos biliares
En la mayoría de pacientes, los cálculos biliares serán asintomáticos. El riesgo de desarrollar algún tipo de síntoma, está descrito en alrededor de un 2% por año. Así, hasta un 20-30% de los pacientes acabarán presentado algún tipo de síntoma.
De este modo, aquellos pacientes con cálculos biliares asintomáticos pueden estar tranquilos, ya que no necesitarán tratamiento. Sin embargo, deberán estar atentos a la aparición de alguno de los síntomas descritos más adelante. En caso de que aparezcan, deberán consultar lo antes posible, para evitar complicaciones mayores
Síntomas de cálculos biliares
La mayoría de pacientes presentaran síntomas leves. La forma de presentación más habitual es el cólico hepático, que se presenta en forma de dolor abdominal en el lado derecho, justo debajo de las costillas y que se inicia de forma brusca y muchas veces tiene relación con la ingesta. Habitualmente es un dolor transitorio, que en pocas horas y con analgésicos, desaparece.
Si estos síntomas persisten o se acompañan de fiebre, se puede desarrollar una colecistitis aguda. La colecistitis aguda consiste en una inflamación aguda de la vesícula biliar, que acabará desarrollando una infección. Si presenta estos síntomas, deberá acudir de forma urgente a su centro de referencia, ya que puede requerir una intervención quirúrgica urgente.
Otras formas de presentación aguda que requerirán de ingreso hospitalario son:
- Pancreatitis aguda: se trata de una inflamación aguda del páncreas. Se caracteriza por un dolor abdominal brusco, a nivel de la boca del estómago / centro-abdominal, que irradia hacia ambos lados del abdomen y hacia la espalda y que puede ir acompañado de nauseas o vómitos.
- Ictericia obstructiva: consiste en la obstrucción del conducto biliar principal. Ocasiona que la bilis no tenga un correcto paso al intestino delgado y ello ocasiona un acúmulo de sales biliares, traduciéndose en una pigmentación amarillenta de los ojos y de la piel. Puede ir acompañado de dolor de predominio centro-abdominal. Si este proceso además va acompañado de fiebre, estará desarrollando una Colangitis aguda, que consiste en una infección de la bilis a nivel del conducto biliar principal.
Prueba para detectar los cálculos biliares
La primera prueba para detectar la presencia de cálculos biliares es la ecografía abdominal dirigida al estudio de la vesícula biliar y a los conductos biliares. En ocasiones, los cálculos biliares no se pueden detectar por ecografía, sobretodo cuando se trata de cálculos pequeños (minilitiasis) o de barro biliar. En estos casos, será necesario completar el estudio con una resonancia magnética o una ecoendoscopia.
¿Tienen cura los cálculos biliares?
El único tratamiento efectivo para los cálculos biliares sintomáticos es la colecistectomia.
Se trata de una intervención quirúrgica mínimamente invasiva (laparoscopia) que consiste en extirpar completamente la vesícula biliar y por tanto también los cálculos biliares. Se realiza a través de 3 o 4 incisiones de 10 y 5 mm. Es una cirugía que en manos expertas, presenta una baja tasa de complicaciones y que incluso puede realizarse en régimen de cirugía mayor ambulatoria. Para llevarla a cabo, se requiere de una anestesia general. Al realizarse una cirugía mínimament invasiva, se produce una pronta recuperación y en 3-4 semanas el paciente puede volver a una actividad normal. Así mismo, se podrá realizar una dieta normal tras la primera semana de la cirugía.
Aquellos pacientes con cálculos biliares no sintomáticos, en principio no requerirán de tratamiento. En algunos casos especiales se puede plantear una colecistectomia profiláctica.
Por otra parte, existen algunos medicamentos que pretenden disolver los cálculos biliares. Estos medicamentos no han demostrado la misma eficacia que el tratamiento quirúrgico. No se recomiendan como primera opción terapéutica.
Así mismo, existen remedios naturales («limpieza de cálculos biliares«) para eliminar los cálculos biliares. Estos remedios no previenen futuras complicaciones derivadas de los cálculos biliares.
Postoperatorio de colecistectomía laparoscópica
El postoperatorio habitual de la colecistectomía laparoscópica consiste en 24 h de ingreso, dónde se comprueba que el paciente no presente dolor y que tolere los alimentos. Posteriormente el paciente puede estar en su domicilio con unas recomendaciones básicas: mantener una dieta baja en grasas durante 7-10 días y evitar esfuerzos durante 2-3 semanas.
En aquellos casos en que la cirugía sea más compleja (debido a episodios complicados previos), pueden requerir más días de ingreso.
¿Cómo aliviar el dolor de los cálculos en la vesícula?
Aquellos pacientes diagnosticados de cálculos biliares y que presenten síntomas, requeriran de tratamiento quirúrgico. Hasta el momento de la cirugía, será importante mantener una dieta baja en grasas. Así mismo, en caso de episodio de dolor por cólico biliar, podran tomar analgésicos como: paracetamol o buscapina. Aún así, siempre es recomendable una valoración por un médico especialista, para descartar que no exista una complicación mayor.