Cálculos biliares – Síntomas
Los cálculos biliares pueden afectar hasta un 15% de la población. De la población afecta de cálculos biliares, hasta un 20-30% presentaran cálculos biliares con síntomas. La mayoría lo hará en forma de síntomas leves como son:
- dolor repentino en la parte superior derecha del abdomen, que se intensifica y se cede espontáneamente (cólico biliar)
- dolor abdominal a nivel de la boca del estómago, acompañado de nauseas o vómitos y que se desplaza a la espalda.
A continuación se explican todos los síntomas que se pueden derivar de los cálculos biliares:
Cólico biliar
Se produce cuando los cálculos biliares se impactan a nivel de la salida de la vesícula biliar, produciendo su distensión. Los espasmos de la vesícula biliar, juntamente a la distensión, provocan los síntomas de los cálculos biliares más frecuentes: dolor abdominal repentino que se intensifica, de predominio en el lado derecho, justo por debajo de las costillas. A veces puede aparecer a nivel centro-abdominal e irradiar hacia el lado derecho del abdomen o incluso hacia la espalda.
Se trata de un dolor tipo cólico que puede durar en 1-6 horas. Puede ir acompañado de nauseas o vómitos. Habitualmente se presenta después de comidas copiosas o ricas en grasas.
Habitualmente cede espontáneamente o en ocasiones puede requerir de la administración de analgésicos o antiespasmódicos. Si el dolor persiste más allá de 6 h, es recomendable consultar a un servicio de urgencias, para descartar otras complicaciones mayores.
Su diagnóstico es clínico y habitualmente no es necesario realizar pruebas complementarias, siempre que no se sospeche una complicación asociada.
En caso de presentar cálculos biliares y cólicos, se recomienda realizar una colecistectomía a fin de evitar complicaciones mayores
Dispepsia biliar
Aunque no son los síntomas de los cálculos biliares más típicos, a veces pueden producir digestiones pesadas, distensión abdominal o flatulencias, así como alteración en la función hepática en la analítica sanguínea.
En estos casos, es recomendable descartar otras patologías que pueden producir síntomas similares como el reflujo gastroesofágico o la patología ulcerosa gástrica.
Colecistitis aguda
Se trata de la inflamación aguda de la vesícula biliar y acaba condicionando una infección intraabdominal.
Los síntomas de los cálculos biliares, en este caso son muy similares al cólico biliar, pero el dolor se volverá continuo y habitualmente no mejora con analgésicos. Suele ir acompañado de fiebre. Así mismo, en algunas ocasiones puede acompañarse de icterícia (tinte amarillo de piel y mucosas).
En estos casos, el diagnóstico se realizará en base a la historia clínica, la exploración física y los resultados analíticos. Para su confirmación, será necesario realizar una ecografía abdominal o en su defecto, una tomografía computarizada abdominal. Así mismo, estas pruebas permitirán descartar complicaciones asociadas a la colecistitis, como son: perforación de la vesícula biliar, absceso perivesicular o absceso hepático.
Siempre que no exista contraindicación anestésica y no se sospeche que el conducto biliar puede estar obstruido de forma simultanea, el mejor tratamiento consistirá en realizar una colecistectomía urgente. En aquellos casos en que la cirugía no sea posible, se optará por un tratamiento con antibiótico endovenoso, lo que implicará un ingreso hospitalario. Así mismo, aquellos pacientes refractarios al tratamiento antibiótico o que presenten una infección severa y no se puedan operar, se podrán beneficiar de realizar una descompresión de la vesícula biliar mediante un drenaje percutáneo (colecistostomía percutánea).
Ictericia obstructiva
Consiste en la obstrucción completa o parcial del conducto biliar principal, debido a un cálculo o barro biliar impactado. Habitualmente el síntoma de los cálculos biliares es ictericia (coloración amarillenta de la piel y las mucosas). En ocasiones, puede aparecer dolor a nivel centroabdominal, tipo cólico.
Para su diagnóstico, será necesario realizar analítica sanguínea, donde existirá aumento de la bilirrubina y de los parámetros de función hepática. Así mismo, se deberá realizar una ecografía abdominal para confirmar la presencia de cálculos biliares en la vesícula biliar y en el conducto biliar. En algunas ocasiones la ecografía es insuficiente y es necesario realizar una resonancia magnética o más escasamente, una ecoendoscopia.
Colangitis aguda
Se produce cuando existe una ocupación u obstrucción del conducto biliar principal, dando lugar a una infección de la bilis acumulada en su interior. Los síntomas más habituales suelen ser dolor abdominal a nivel derecho, subcostal; fiebre alta, la cual puede ir acompañada de escalofríos y tiritonas, y tinte amarillento de la piel o mucosas.
Para su diagnóstico, a parte de los síntomas y la exploración física, se observará una alteración a nivel analítica en forma de aumento de la bilirrubina y los parámetros de función hepática, así como marcadores de infección sistémica. Será necesario realizar una ecografía abdominal, la cual servirá tanto para descartar que no exista una colecistitis aguda, como para intentar detectar una obstrucción del conducto biliar principal. En muchas ocasiones la ecografía abdominal es insuficiente y tiene que completarse el estudio con una resonancia magnética o ecoendoscopia.
Existen diferentes grados de severidad. De este modo, en aquellos pacientes con una colangitis aguda leve, habitualmente el tratamiento antibiótico será suficiente. Si mediante las exploraciones complementarias se detecta obstrucción del conducto biliar por barro o cálculos biliares, puede requerir un procedimiento endoscópico para su extracción.
En aquellos casos con colangitis aguda moderada o grave, es posible requerir de una desobstrucción del conducto biliar de forma urgente, ya que las formas graves presentan elevada tasa de mortalidad. Este procedimiento suele realizarse de forma endoscópica (colangiografía retrógrada endoscópica), aunque en alguna ocasiones puede requerirse tratamiento quirúrgico de entrada.
Una vez resuelto el cuadro infeccioso agudo, se recomienda realizar una colecistectomía para evitar nuevas complicaciones.
Pancreatitis aguda
Aunque existen varias causas de pancreatitis aguda, los cálculos biliares representan la primera causa. Cuando ésta se produce, aparece en forma de dolor brusco, súbito a nivel de la boca del estómago. Puede ser penetrante e irradiar a ambos lados del abdomen. Suele acompañarse de nauseas y vómitos.
Para su diagnóstico, habitualmente con la historia clínica, la exploración física y una analítica, suele ser suficiente. En algunos casos en los que existen dudas o se sospecha que pueda existir una complicación asociada, se requerirá realizar una tomografía computarizada.
La mayoría de las pancreatitis agudas cursarán de forma leve, de modo que el paciente en pocos días estará recuperado. En este grupo de pacientes, es aconsejable realizar una colecistectomía precoz.
Algunos pacientes presentaran formas más severas, en las que la glándula pancreática puede presentar necrosis. En estos casos, los ingresos pueden ser muy perlongados, pudiendo producirse complicaciones severas e incluso la muerte del paciente. En las formas más graves, también se recomienda realizar la colecistectomía, aunque en estos casos, después de 6 semanas del episodio agudo.
Recomendaciones
Todos aquellos pacientes que presenten alguna de las complicaciones descritas previamente, deberían seguir un control con un equipo de cirugía con experiencia en cirugía biliar. Hasta un 30% de los pacientes que han presentado alguna complicación debida a los cálculos biliares, presentarán un nuevo episodio, por lo que es recomendable valorar la colecistectomía.